Richard Sharpe Shaver (1907-1975) es el autor, junto a Chester Geier (1921-1991), de una interesantísima novela llamada “La ciudad de los hielos”, perteneciente a lo que puede llamarse con propiedad “Mito Antártico”, en el cual han de incluirse autores como E.A.Poe, H.P.Lovecraft y Miguel Serrano, especialmente.
Las razones para situar a la novela de Shaver en este campo pueden expresarse en los siguientes enunciados, cuyo desglose vendrá en las próximas líneas:
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El texto en comento se ubica en la fría región austral. Dos militares – Rick Stacey y Philip Tobin- buscan el avión perdido de unos camaradas. Ya llevan una semana en tal labor, cuando penetran un “territorio totalmente inexplorado. No existen ni mapas ni referencias que lo caractericen”.
Finalmente vislumbran el avión extraviado.
“Con un gesto de melancólico saludo, miró por última vez hacia los restos del avión cubierto por la nieve”. “Pasaría mucho tiempo antes de que se borrara de su cerebro la imagen de aquella ala que emergía del mar de nieve, torcida y chamuscada”.
Pero, lamentablemente había algo ominoso en el lugar donde había caído el avión de los antiguos camaradas, pues pronto el piloto percibe que el motor derecho de su avión está con problemas. Al ver los riesgos de continuar el vuelo, se busca un lugar donde aterrizar, siendo el elegido un valle de curiosa forma. Las sorpresas, sin embargo, continúan. “Sembradas por el valle se veían numerosas estructuras de hielo, de forma cónica, redondeadas en su parte superior, de unos cuatro metros de alto. Eran demasiado numerosas para tratarse de formaciones naturales…”. El horror se presenta a los ojos de los tenientes: dentro de los enigmáticos conos hay cuerpos humanos; y más allá se hace visible algo que parece ser… una ciudad.
Entre las estructuras de los pilares hallarán a una mujer de gran belleza “con una expresión de profundo terror en su rostro helado”. Las preguntas galopan rápidamente. ¿Cómo es posible que haya vida en
Pero antes de intentar una respuesta a aquellas interrogantes, lo imposible se hace materia pura y tangible; pues “moviéndose a cierta altura sobre la nieve, avanzando a tremenda velocidad sin que se advirtiera medio alguno de propulsión, llegaba una enorme cabeza que parecía suspendida en pleno aire, ¡sin cuerpo ni miembros que la sostuvieran!”. Se trata de un ser mitológico:
Luego vendrá una sucesión de hechos cuyo conocimiento preferimos dejar al lector. En resumen, una mezcla de amor y batallas se librarán. Y también -esto es lo que nos importa- el acercamiento a un mundo misterioso donde dos pueblos, ambos descendientes de
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http://www.bajoloshielos.cl/ciudadhielos.pdf
1 comentario:
interesante. Gracias por el aporte, saludos ;)
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