miércoles, diciembre 31, 2008

SIMBOLOGIA HERMETICA EN VIEJAS ESCULTURAS ANDINAS

En la página 123 de un libro de curioso título y temática llamado "Visitantes extraterrestres en la antigüedad", escrito por Christine Dequerlor (Javier Vergara Editor. Buenos Aires, 1979), se encuentra una interesante referencia a una antigua escultura de claras implicancias herméticas.

La descripción es la siguiente:

"En una isla del lago Titicaca, de donde salió Viracocha, se levantaba un templo en honor del dios Sol, representado por una estatua de oro. El emperador Tupac Yupanqui hizo construir, en una isla vecina, en Coatí, un templo a la diosa Luna, cuya imagen fue de plata de los pies a la cintura y de oro hasta la cabeza. Reunidos de este modo, los esposos podrían encontrarse fácilmente en una mística unión".



(Templo del Sol en la isla Titicaca, ubicada en el lago homónimo, segun un grabado del s. XIX)

Aquí encontramos las dos materias clásicas de los alquimistas (que en ocasiones son tres, derivando tal idea de los alquimistas cristianos, quienes hacían un simil con la Santísima Trinidad, que en Alquimia está compuesta por Mercurio, Azufre y Sal), representados en esta oportunidad por el Sol (Azufre, o el "macho") y la Luna (Mercurio, o la "mujer").

El estudioso Albert Poisson nos indica que en un comienzo los alquimistas hablaban sólo de dos principios: Mercurio y Azufre. Son principios opuestos, y así mientras el mercurio era el "alma", el azufre el correspondía al "cuerpo"; el primero a lo puro, el segundo a lo impuro; el primero la mujer, el segundo el hombre. De ambos nacía el Rebis ( hecho de dos cosas). Pero posteriormente los alquimistas empezaron a mencionar un tercer principio que actuaba en la Gran Obra: la Sal. Paracelso será uno de quienes explicará más claramente la labor de la Sal en el proceso de metalogénesis que es la Alquimia. Digamos por nuestra parte que si en último término la Sal es la mediadora entre el Azufre y Mercurio; es también y en un momento prematuro la que genera la reacción entre ambas fuerzas.

Sin embargo, el Oro y la Plata en los tratados alquímicos a veces representan dos de las tres Medicinas posibles a obtener con la Piedra Filosofal.

Pero las culturas andinas ofrecen más pruebas de un saber de carácter "hermético", especialmente en cuanto a trabajos pétreos.

La periodista chilena Malú Sierra en su libro "Donde todo es altar. Aymarás los hijos del Sol" (Editorial Persona, Santiago de Chile, 1991), en la página 204, nos relata un hecho singular que avala nuestra afirmación:

"Cuentan los cronistas que en 1619 encontraron en el lago (se refiere al Titicaca - Nota de SFR -) un ídolo de piedra con dos caras, una de hombre y otra de mujer; el hombre miraba hacia el nacimiento del sol y la mujer hacia el poniente. Dos gruesas culebras subían desde la base hasta la mano derecha del hombre y la izquierda de la mujer y otras figuras representando sapos los acompañaban. Los investigadores han visto en esta figura la divinidad principal del Titicaca, símbolo del taypi que el lago encarna".

Lamentablemente no hemos podido recabar información acerca de si aun existe o no dicha escultura. En caso afirmativo, sería un verdadero tesoro legado por los antiguos habitantes de estas tierras, que nos permitiría una interpretación más adecuada de su significado.

Pero ya que no tenemos una imagen - dibujo o fotografía- de la artesanía amerindia mencionada, nuestra labor de hermenéutica se hará solo con las referencias dadas por Malú Sierra

Primero de todo, decir que se hace patente las varias similitudes que podemos encontrar entre estas construcciones amerindias con el arte llamado "pagano" europeo, y con la Alquimia medioeval. La luna y el sol son dos clásicos principios herméticos, a los cuales hemos hecho alusión. Hacen referencia a las dos fuerzas naturales por antonomasia: hembra y macho; mercurio y azufre.

Además el simbolismo de las serpientes se encuentra en el Caduceo del dios griego Hermes (el Mercurio romano), el cual es por todos conocido. Son las potencias que los sabios hindúes llaman Ida y Pingala.

Por último, un tercer elemento llama la atención. Por cierto, son los sapos. ¿Qué tienen que ver ellos con la Alquimia? Mucho, responderemos. Basta estudiar aquel texto de Filaleteo donde analiza un trabajo de Georges Ripley.

¿Curiosidades? ¿Coincidencias? ¿Analogías de una misma Ciencia Universal? Nos inclinamos por la última posibilidad.

Sin querer agotar el tema, y sólo dando pequeños esbozos de respuesta, hemos tratado aquí uno de esos temas que parece que algunos quisieran callar...


©Sergio Fritz Roa

Santiago de Chile, 4 de Octubre de 2002

martes, diciembre 23, 2008

EL MITO DE LOS CENTROS ESPIRITUALES OCULTOS Y EN ESPECIAL DE LA CIUDAD DE LOS CESARES

Ya, ciertamente, el espíritu tradicional se repliega en alguna medida sobre sí mismo y los centros donde se conserva íntegramente se hacen cada vez más cerrados y difícilmente accesibles”.
(René Guénon. “La crisis del mundo moderno”)





Toda tradición particular conoce la existencia de ciudades o lugares que de una u otra forma permanecen ocultos para los ojos de los profanos. Así es como en nuestro continente han tomado expresión a través de mitos como El Dorado, Cíbola, Trapalanda, y la Ciudad de los Césares, por sólo mencionar algunos ejemplos.

Esto que aparece como un hecho conocido por todo tipo de personas (para quienes, sin embargo, sólo se trataría de “leyendas”, y no de mitos, como en verdad han de entenderse) y que por tanto podemos presenciar como un hecho respecto del cual existe cierto consenso en cuanto a su existencia en forma paralela al mundo ordinario, sin embargo, parece no conocer de una interpretación respecto del porqué de aquéllo. Es decir, si bien el conocimiento profano admite las “leyendas” que hablan acerca de este tipo de lugares, no da en cambio respuesta que esclarezca su origen y finalidades.

El conocimiento tradicional puede ayudarnos a revelar algunos aspectos de este enigma.

En primer lugar, hemos de decir que la referencia a lugares como Agartha, El Dorado y otros que poseen las mismas características, se ha de entender a puntos de la Tierra que poseen la virtud de ser sagrados. Y esto sea porque resguarden en su interior algo de caracteres divinos (por ejemplo, servir como protección de un símbolo o ser portadores de la Verdad), o porque son en sí mismos lugares fundamentales cósmicamente. De una u otra forma siempre implican un centro tradicional, lo que es lo mismo que decir sacro.

Otra característica que hemos de expresar respecto de estos sitios, es el hecho de estar ocultos o prohibidos al mundo exterior (profano). Esto es tan importante como la primera indicación. Si son secretos es porque son receptores de una enseñanza y energía del todo límpida, que nada tiene que ver con el medio actual, es decir la Edad Oscura o Kali-Yuga, donde se provoca una inversión de los valores tradicionales, siendo la ignorancia y desviación las leyes que rigen el planeta. Hechos significativos de esta temible edad lo constituyen los siguientes, por sólo mencionar algunos: la apertura del Japón tradicional al Occidente capitalista, la revolución bolchevique en Rusia, y la invasión china al Tibet , hecho último que significó la destrucción de templos y el ocultamiento de los documentos más relevantes del budismo tibetano y que ha significado la obligada apertura de esa tradición al mundo moderno, perdiendo a nuestro juicio mucha de su primigenia fuerza al mezclarse con componentes de la modernidad.

La manifestación de lo sagrado en dichos sitios es señalada por las “leyendas”, las cuales nos indican que allí habría construcciones gigantescas, elaboradas con el áureo mineral; que son habitadas por hombres que poseen conocimientos vedados para quienes moran en las ciudades visibles a los ojos profanos; y demás datos semejantes, todos los cuales hacen evidente que no se trata de lugares comunes, y por tanto ajenos a la oscuridad actual.


(Mapa de una ciudad medieval construida conforme a principios de la arquitectura sagrada. Sin duda la Ciudad de los Césares también habría sido configurada de acuerdo a los mismos)

La Ciudad de los Césares es por antonomasia el lugar sagrado del Cono Sur. El mito lo podemos hallar tanto en Argentina como en Chile, siendo en cuanto a lo esencial el mismo, variando sólo los matices, como por ejemplo el de su ubicación.

Uno de los aspectos importantes de la Ciudad de los Césares es además de la obvia referencia imperial que hallamos en su nombre, el ser la contrapartida del Norte del ciclo actual. Así, la Ciudad de los Césares ha de corresponder a la entrada al Sur del mundo. Es, por tanto, su corazón y centro. De aquí que no sólo sea un lugar sagrado, sino uno de los fundamentales, ya que por ella se entra al “sexo” del mundo, el primer chakra, punto necesario para ascender y lograr la unidad con el todo celestial. Quienes protegen la Ciudad, de alguna manera protegen la vida misma de este mundo.

En último término hemos de resaltar el elemento inmortalidad que caracterizaría a sus habitantes. Esto acentúa su carácter o conexión directa con lo que es divino; otorgándoles a aquellos seres, una condición propia de otra humanidad; o, mejor aún, no humana. La inmortalidad es, además, un rasgo de conocimiento tradicional; pues éste no muere, sino que es eterno. Lo que se guarda en la Ciudad es la Gnosis, la Tradición Primigenia y Unánime, para estas tierras súricas.

De estas consideraciones podemos concluir que si la Ciudad de los Césares existe -lo cual, por si un lector poco atento no ha captado todavía, afirmamos con plena seguridad- tal ubicación no ha de hallarse jamás en sitios que no sean subterráneos u ocultos (y esto, ya lo dijimos basándonos en René Guénon, porque dado que la presente época es el Kali-Yuga, el conocimiento para que realmente esté protegido ha de alejarse ya no únicamente de los grandes centros urbanos o “civilizados”, sino que además ha de huir hacia abajo, lo cual representa además el movimiento de descenso espiritual que domina la hora actual). Lugares como el monte Melimoyu o la Antártica, serían aquellos que resguardan la Ciudad.

Los mitos referidos a estas ciudades también nos dicen lo que puede entenderse como una especie de conclusión profética: que ellas serán vistas el Día del Juicio Final (en el concepto cristiano) o lo que es su más cercano sinónimo cuando el Kali-Yuga termine.

Entonces se dará paso a una edad de verdadera Luz.



SERGIO FRITZ ROA.

Artículo publicado originalmente en revista BAJO LOS HIELOS

N°3. Marzo de 2000. Santiago. Chile. págs. 8-10.http://www.bajoloshielos.cl/

Últimas correcciones: diciembre de 2008.


lunes, diciembre 15, 2008

EL ENIGMA DE LAS HUELLAS HUMANAS EN LAS ROCAS Y LOS ANTIGUOS HABITANTES DE LA COSTA CENTRAL CHILENA

(La posible huella de El Quisco, indicada por un círculo)



Entre los descubrimientos que hemos realizado en el balneario El Quisco, situado en la costa central de Chile, se encuentra la que sería una misteriosa huella de pie en una roca elevada.


En caso de tratarse realmente de la representación de una huella humana, sería una prueba más de la existencia en la costa central chilena, especialmente en lugares como Rocas de Santo Domingo, Punta de Tralca, y El Quisco, una cultura de gran antigüedad, posiblemente anterior al diluvio (o al último diluvio) registrado por las diferentes formas tradicionales.


Es en Rocas de Santo Domingo, por lo tanto a no excesivos kilómetros de El Quisco, donde se han encontrado otras formas de huellas humanas en la piedra. La información es proveída por Oscar Fonck Sieveking, en su interesante libro “Construyamos Arcas” (Editorial Cruz del Sur, Buenos Aires, 1976. Véase el Tercer Capítulo y las láminas relacionadas incluidas al final del libro, que nosotros también incorporamos a continuación).



(Huellas de Rocas de Santo Domingo, a no muchos kilómetros de El Quisco, Chile)

(Otra huella encontrada por Oscar Fonck en Rocas de Santo Domingo, Chile)

Otras huellas de pie en rocas se hallan en Chile, siendo quizás la más conocida la llamada “Pata del Diablo”, en el Cajón del Maipo. También existe una realmente gigantesca en San Pedro, en el fundo Llancay; y una cerca de Peumo, en Lamarhué, de la cual da testimonio el célebre folklorista Oresthe Plath en “Geografía del mito y la leyenda chilenos” (Santiago, Nascimento, 1973, p. 140). Es curioso indicar que Chile es tal vez el único país donde las huellas de pie en las piedras mantienen en las leyendas una relación con el demonio, pues como veremos más adelante en otras naciones hacen referencia a la santidad.


En Argentina se ha encontrado una huella posiblemente humana en una piedra en Caracolero, que se cree puede llegar a tener hasta 10.000 años de antigüedad.


Jacques de Mahieu en “La agonía del dios Sol” (Hachette, Buenos Aires, 1977) se refiere extensamente a este tipo de huellas relacionándola con la leyenda de Pay Zumé, el dios o evangelizador blanco de Sudamérica, que muchos relacionan con Santo Tomé. Los mismos indígenas mostraban este tipo de huellas en la piedra a los invasores europeos como pruebas de la presencia de otros hombres blancos, pues decían que aquéllas eran testimonio de la existencia de Pay Zumé. “Este curioso fenómeno ya lo señalan, en cuanto a Brasil, Lóbrega y Lozano. En la Costa de la Bahía de Todos los Santos (Bahía), en Itapuca, se hallaban numerosas improntas, que todas ellas, se dirigían hacia el mar…” (p.95).



(Huella humana en la piedra en las cercanías de Paraguarí, Paraguay)


También existían en Paraguay (p.95) y Perú (p. 96). En este último país, había una en Calando, cuya imagen reproducimos a continuación, en un misterioso escudo cuyas grafías aun no son traducidas satisfactoriamente. La descripción sobre su ubicación y características la da el Licenciado Duarte Fernández: “Junto a donde estaba la iglesia vieja, está la piedra de que tantas antigüedades dicen las tradiciones. Es de un mármol azul y blanco luciente; está doce varas y cuarto levantada por una cabeza; seis varas y media tiene de largo y de ancho cuatro y media; está figurada e impresa una planta de un pie izquierdo de más de doce puntos y por encima unas señales o letras a XX, como pondré en la figura; más abajo están unos círculos y otros como llaves; no quisieron decir los indios su origen” (Op.cit, p. 99). Más adelante se nos indica que esta piedra era conocida como “Coyllor Sayana”, que significa “piedra donde se paraba la estrella”. La alusión a la estrella sería debido a que este era el símbolo de Pay Zumé.


(El soprendente dibujo de Calando, donde sobresale la huella humana)

ESTE ARTÍCULO CONTINUA AQUI:

miércoles, diciembre 10, 2008

RECIENTE HALLAZGO EN LA AMAZONIA PERUANA

Un interesante hallazgo en la Amazonía peruana fue reportado recientemente.
Según los descubridores se trataría de una ciudadela de origen preinca.
Informaciones como ésta demuestran la plausibilidad de los relatos escuchados por Percy Fawcett como la Crónica de Akakor. Estas son expresiones de una América misteriosa que está lejos por agotar sus riquezas.

Esperamos que no suceda lo acaecido con otros casos de semejante importancia, donde se ha avisado un trascendental descubrimiento, para rápidamente ignorar el caso.


A continuación la información dada en la prensa sobre el descubrimiento de Pachallama.



"Una expedición de autoridades locales verificó el hallazgo de una posible ciudadela preincaica en el cerro Pachallama, del caserío La Palma, en el distrito de Jamalca, provincia de Utcubamba (Amazonas), reportada por lugareños.

El grupo, que llegó el último fin de semana, encontró viviendas circulares de piedra en una extensión de cinco hectáreas de un terreno agrícola ubicado en el referido caserío.

En dichas viviendas se observó batanes de piedra de gran dimensión, los cuales habrían sido utilizados por los antiguos pobladores de la zona para moler algunas semillas o plantas silvestres.

La expedición tuvo que afrontar dificultades como la cuesta del cerro Pachallama, por lo agreste del camino y la lluvia, tras salir desde Bagua Grande y pasar por el centro poblado Pururco.

El alcalde de Jamalca, Ricardo Cabrera Bravo, indicó a la agencia Andina que fueron los propios pobladores de La Palma los que han habilitado la zona.


“Organizaron sus propias faenas, provistos de machete se han abierto paso mediante una trocha para llegar hasta el lugar donde se divisa un hermoso paisaje natural lleno de flora y fauna, además de una catarata de unos 500 metros”, señaló.

El profesor Benedicto Pérez Goicochea, quien reportó el hallazgo, sostuvo que también se ha encontrado pinturas rupestres sobre un acantilado. "La ciudadela llega hasta un abismo que, sospechamos, los antiguos habitantes utilizaron como mirador y donde podían divisar a sus posibles enemigos", relató.

Pachallama es el nombre que lleva el cerro donde se encuentra la ciudadela con algunas fortificaciones parecidas a las de Kuélap, aunque se encuentran semienterradas y tapadas por una frondosa vegetación, recordó".

Fuente: Agencia Andina de Perú – www.andina.com.pe