(Desierto de Atacama. Fotografía del autor)
1.-
DE LIBROS, PAISAJES Y HOMBRES
Como
librero fui invitado el año 2011 a una feria del libro que se
realizaría en Iquique, en el norte de Chile. Recién estaba
empezando en el oficio y la idea me pareció atractiva. Estuve allí
prácticamente un mes trabajando: unas dos semanas a la entrada del
Mall de la Zofri (“Zona Franca de Iquique”) y una semana y media
en la plaza de armas de la ciudad de Iquique. La experiencia fue
bellísima: pude conocer a gente interesante y amable, y disfrutar de
un paisaje muy distinto a la capital.
(Iquique. Algunos puestos de la feria de libros de julio de 2011. Fotografía del autor)
Me
pude quedar en el departamento de un amigo, quien hacía unos pocos
años había llegado a la ciudad, proveniente como yo de Santiago. Un
día que tuvimos los dos libre, me llevó en su camioneta hacia
Humberstone, el pueblo salitrero, que hoy se conserva como un museo.
Tanto en ese viaje como en la ida y vuelta a Santiago, pude
contemplar el Desierto de Atacama. Es un espectáculo impresionante:
un silencio y soledad habitan allí, que nos sumergen en
contemplación profunda. Se sabe que las momias más viejas han sido
halladas no muy lejos de Iquique, en la ciudad de Arica. Y fue en el
desierto de Atacama donde el padre Le Paige, jesuita (dato que deberá
tenerse en mente) en San Pedro de Atacama, halló gran cantidad de
esqueletos, momias y material lítico de la llamada “Cultura San
Pedro”. Hoy en su honor existe el Museo
Arqueológico R. P. Gustavo Le Paige, donde
puede verse parte de sus hallazgos.
¿Quienes
vivieron allí? La cultura Chinchorro, los atacameños y otros
pueblos quizá muy anteriores. Sin duda, pueblos de los que sabemos
muy poco y respecto a los cuales aun nos queda mucho por investigar y
conocer. Aunque se establece que su llegada al norte dataría de unos
11.000 años atrás, no sería raro que próximas investigaciones nos
lleven a periodos aun más antiguos.
(Una momia en el Museo del Padre Le Paige)
Mi
estadía fue muy curiosa, porque presencié un fenómeno rarísimo,
que
se llamó por algunos
“Tormenta Roja”. La ciudad estaba con nubes púrpuras,
hubo lluvia, frío y mucho viento. ¡Algo desconocido en el “desierto
más árido del mundo”! También tomé unas fotos muy extrañas a
mi regreso, cuando ¡incluso
había nevado en ese páramo! Y escuché un relato sobre un curioso
ser que se vio antes de la tormenta, como presagiándola (Ver:
http://nyermia.blogspot.cl/2011/07/el-extrano-ser-de-iquique.html).
(Un hecho increíble: el desierto nevado. Fotografía del autor)
(Extraña fotografía tomada de regreso del norte en julio de 2011. Fotografía del autor)
Y,
como dije, además de los conmovedores paisajes nortinos, pude
conocer a personas afables y de gran interés. Entre ellas, a un
hombre de una cuarenta y cinco a cincuenta años aproximadamente,
quien me habló de la existencia de misteriosas cuevas en el norte,
que no correspondían a las clásicas de piratas ni de mineros, sino
unas que conectaban con extensos caminos subterráneos, pero que
estaban en la actualidad cerradas… Nadie sabía quien o quienes la
habían construido; pero era claro que provenían de tiempos previos
a la llegada de los españoles a esta zona del mundo.
Como
la conversación se dio en un momento en que yo estaba trabajando en
la feria de libros, atendiendo al público, aquélla fue interrumpida
y no duró más de media hora. Luego debí despedirme de este hombre,
sin poder anotar sus datos.
Con
los años, el interés por el misterio de los túneles del desierto
de Atacama aumentaría en mí, al nivel de empezar a juntar material
sobre el mismo.
2.-
DONDE SE HABLA DE LA FUNDADORA DE LA TEOSOFÍA Y DE LO QUE HABRÍA
OÍDO EN PERÚ Y ARICA
La
fundadora de la “Sociedad Teosófica” (o teosofismo, según su
crítico René Guénon), Helena Petrovna Blavatsky en uno de los
tomos de “Isis sin velo”, se refiere a la existencia de un sistema de túneles en Perú y
el actual norte de Chile. Uno de estos llegaría a “Trapaca y
Cobijo”, debiendo entenderse por ello Tarapacá y Cobija.
Blavatsky
menciona que cerca de Arica habría “una
enorme y solitaria roca cortada casi a pico y sin visible enlace con
la cordillera de los Andes. Era la tumba de los incas”
.
Y
también:
“Una
de estas losas intercepta la galería por la parte de Lima, y la otra
por la de Bolivia. Esta última rama se dirige hacia el Sur y pasa
por Trapaca y Cobijo, porque Arica no está muy lejos del riachuelo
Payquina que separa Perú de Bolivia.
No lejos de allí se yerguen tres picachos andinos, distanciados en forma de triángulo. Según tradición, en uno de estos picos se abre la única entrada expedita de la galería que va al Norte; pero sin conocer los puntos de referencia que a la entrada encaminan, fuera en vano que un ejército de titanes apartara las rocas con intento de descubrirla. Y aun suponiendo que alguien diese con ella y llegara por la galería hasta la losa que cierra la cámara sepulcral, resuelto a derribarla, nada conseguiría, porque las rocas de la bóveda están asentadas de modo que, en tal caso, cegarían la tumba con todos sus tesoros. La cámara de Arica no tiene otra entrada que la abierta en la montaña inmediata al río Payquina. A lo largo de la galería que desde el Cuzco pasa por Lima hasta llegar a Bolivia, hay pequeños escondrijos, donde durante muchas generaciones acumularon los incas incalculables riquezas en oro y piedras preciosas” (“Isis sin velo”, H. P. Blavatsky, Edit. Sirio, Málaga, 2004, Tomo II, p. 321).
No lejos de allí se yerguen tres picachos andinos, distanciados en forma de triángulo. Según tradición, en uno de estos picos se abre la única entrada expedita de la galería que va al Norte; pero sin conocer los puntos de referencia que a la entrada encaminan, fuera en vano que un ejército de titanes apartara las rocas con intento de descubrirla. Y aun suponiendo que alguien diese con ella y llegara por la galería hasta la losa que cierra la cámara sepulcral, resuelto a derribarla, nada conseguiría, porque las rocas de la bóveda están asentadas de modo que, en tal caso, cegarían la tumba con todos sus tesoros. La cámara de Arica no tiene otra entrada que la abierta en la montaña inmediata al río Payquina. A lo largo de la galería que desde el Cuzco pasa por Lima hasta llegar a Bolivia, hay pequeños escondrijos, donde durante muchas generaciones acumularon los incas incalculables riquezas en oro y piedras preciosas” (“Isis sin velo”, H. P. Blavatsky, Edit. Sirio, Málaga, 2004, Tomo II, p. 321).
Esta
interesante información será ampliada con posterioridad en un
misterioso libro, cuya primera impresión americana (la primera
edición fue en Inglaterra) tengo la suerte de poseer. Se trata de
“Mysteries of ancient South America”, de Harold T.Wilkins (The
Citadel Press, New York, 1956).
(Primera edición norteamericana de “Mysteries of ancient South America”, de Harold T.Wilkins. Fotografía del autor)
(El mapa de “Mysteries of ancient South America”, donde se aprecia el dibujo de la roca de Ylo. Fotografía del autor)
El
libro incluye un mapa sobre el sistema de túneles sudamericanos,
como importantes datos al respecto. Así, por ejemplo, que entre
1848-1850 la fundadora de la Sociedad Teosófica habría estado en
Perú donde oyó una curiosa leyenda sobre la tumba a la que se ha
hecho mención más arriba. Como su relator no tenía los medios de
ir a Arica, lugar donde estaría una entrada a este mundo
subterráneo, será la misma Blavatsky quien irá. Será en la zona
costera cercana a Arica, donde encontrará una gran roca con extraños
jeroglíficos.
Wilkins
nos indica que el túnel que se dirige hacia el sur finaliza en el
Desierto de Atacama, cerca del Loa, en el llamado Paso del Indio
Muerto.
El
autor señala a continuación algo sorprendente, y donde ironiza de
las autoridades chilenas:
“When
Bolivia had a port at Cobijo,
her government, about 1850, heard rumours about this mysterious
tunnel of gold and lost secrets, and, secretly, sent out agents to
try to locate it. Alas for success, the quest met with exactly that
attending the seekers of other old Inca caches! All in vain!
Probably, the Chilenos are too matter-of-fact and unimaginative to
waste time on such a quest, in what is now their territory ; and,
perhaps, they may know nothing about it, in which case this book will
bring to their bureaucratic knowledge a very rare secret!
Es
decir, que el gobierno boliviano habría tenido información acerca
de los túneles de oro y secretos perdidos, para lo cual habría
enviado agentes. Pero, que debido a la Guerra del Pacífico, esto
habría sido interrumpido. Como Chile triunfó, y Cobija pasó a ser
de nuestro país, Wilkins dirá que como somos muy materilaistas y
poco imaginativos para usar nuestros tiempo en estas búsquedas, aun
se mantendrían estos lugares subterráneos como algo secreto. Pero…
que gracias a él con su revelación escrita ahora tendríamos para
nuestro “conocimiento burocrático” acceso esta información, un
muy raro secreto…
(El mapa de “Mysteries of ancient South America”, referido a la parte de los túneles subterráneos en territorio chileno. Fotografía del autor)
No
deja de ser curioso, que los dos puntos centrales a los cuales se ha
hecho referencia como centrales en los túneles del sector sur: es
decir Arica y la antigua Cobija sean hoy territorios chilenos.
Y
es precisamente en Arica, donde la leyenda dice que en el Morro habrían entradas misteriosas, hoy cerradas.
3.-
UNA CIUDAD NO VISIBLE EN EL DESIERTO DE ATACAMA
(Vista aérea realizada por un dron de la supuesta ciudad perdida de Atacama. Fotografía de Holly Ahlberg)
Siguiendo
con los misterios de Atacama, hace poco tiempo Holly
Ahlberg, una mujer de 79 años,
usando en Arizona, su computadora personal, habría hallado a través
de Google Earth,en lo que sería el Desierto de Atacama los restos
de una antigua y desconocida ciudad.
Amistades
de ellas pudieron venir a Chile y usaron un dron que habría ido a
la zona y tomado fotografías del lugar. La extensión de estas
ruinas sería la de Manhattan, por dar un ejemplo.
Lo
curioso es que lo que se ve desde el cielo es mucho mayor a lo
observado en la superficie. En esta hallaron restos de alfarería y
un esqueleto, entre otras cosas.
Esta
información puede leerse completa acá:
http://www.messagetoeagle.com/atacamcrediblediscov.php#.VgdV699_Okp
Todo
esto recuerda un poco la leyenda de la Ciudad de los Césares, que
se presenta desde el centro hacia el sur de Chile y que nos habla de
un lugar donde el oro está presente en calles, iglesias, etc. Allí
viven hombres sabios e inmortales. La ciudad es invisible a los ojos
de la mayoría y al parecer va cambiado de ubicación.
Para
quienes deseen conocer más sobre esta leyenda pueden leer mis
artículos:
-"El
mito de los centros espirituales ocultos y en especial de la Ciudad
de los Césares”:
http://nyermia.blogspot.cl/2008/12/el-mito-de-los-centros-espirituales.html
-"Un
centro tradicional en América del Sur”:
4.-
SOBRE LA ORDEN DE LOS JESUITAS Y LOS SUBTERRÁNEOS
Relacionado
con todo este tema, es muy factible que se halle el de “los
subterráneos de los jesuitas”. Desde hace mucho tiempo, se ha
creído en Chile que éstos establecieron en Santiago, Buin y Calera
de Tango, por solo mencionar algunos puntos de la Región
Metropolitana, una cadena de túneles que conectaban a sus templos,
colegios y dependencias.
La
leyenda ha originado crónicas y libros.
No
es éste el momento para entrar en detalles sobre este importante
asunto. Solo queremos, por ahora, poner atención en la posibilidad
que los jesuitas hallan tenido conocimiento de una red de túneles
que provenía de pueblos antiguos americanos, y que con toda
posibilidad ellos mismos pudieron usar en ocasiones.
No
deja de ser curioso que el mismo padre Le Paige haya sido jesuita
como lo
fuese el
padre Karl von Haibhausen (conocido acá como Carlos Haymhausen),
padre de la industria en Chile, quien se hallaría relacionado con
uno de los mayores enigmas nacionales y por supuesto con el Mundo
Subterráneo. Ver al respecto los trabajos de mi amigo Rodolfo
Novakovic en su blog: http://rodolfo-novakovic.blogspot.cl/
También pueden atender a la entrevista que le realicé en mi
programa “Torre de Babel: Encuentros con hombres notables”:
https://www.youtube.com/watch?v=SgZV33CDaQI
También
lo fueron el padre Mascardi, buscador de la Ciudad de los Césares, y
su amigo, el célebre Athanasius Kircher, autor de un hermoso libro
cuyo título es bastante pertinente para nuestra investigación:
“Mundus Subterraneus”...
5.-
PARA TENER PRESENTE
Grandes
investigadores sudamericanos como la argentina Débora Goldstern y el
ecuatoriano Manuel Palacios, (con quienes mantengo amistad desde hace
años y con quienes he podido intercambiar valiosa información en
torno a los orígenes de Nuestramérica) han dedicado parte
importante de sus vidas al estudio de las civilizaciones americanas
más antiguas como a la presencia de lo que podría llamarse “el
Mundo Subtérraneo”. Por
tanto, para quienes deseen una visión más general del tema los
remito a los estudios que ellos han realizado de manera magistral y
desinteresada. La obra de Juan
Móricz,
el húngaro que vivió varios años en Argentina, y que sacó a la
luz pública el enigma de la Cueva de los Tayos (Ecuador), y que fue
difundida en los medios masivos por la obra “El oro de los dioses”
de Erick von Däniken “, ha de considerarse como esencial en esta
materia. También
es interesante el trabajo realizado en Cuzco por Anselm
Pi Rambla (Ver:
http://www.koricancha.net/tuneles.html)
Yo,
de manera más humilde, en esta oportunidad he querido dejar ciertas
pistas de un aspecto de este interesante y amplio tema, en relación
con una zona geográfica específica. El presente es solo un esbozo
de una investigación más profunda, que iremos dando a conocer con
posterioridad.